El día dos de marzo del 2024, en el edificio Plenum de Guatemala ciudad, se celebraron los talleres de Poesía, Apreciación artística, y Cuento que fueran anunciados por medio de redes sociales.
Los talleres fueron gratuitos, gracias al patrocinio de la editorial La Pepita.
Con duración de dos horas para Arte y Cuento, y de tres horas para el de Cienvecesuna, para poetas estuvieron a cargo de la académica y reconocida aedo Aida Toledo; la curadora Rocío Quiroa, quien se encargó del de Apreciación artística, y la narradora Angélica Quiñonez, quien impartió el de Cuento.
Las participantes, quince mujeres y una adolescente de quince años, discutieron técnicas para mejorar sus escritos; compusieron breves ensayos y versos en la modalidad elegida, y examinaron el trabajo de otras escritoras y de artistas con el fin de estimular la creatividad y de encontrar inspiración para sus propias composiciones.
La doctora Toledo profundizó sobre el buen empleo de metáforas, la utilización de giros poéticos y sobre el uso de licencias imaginativas. Lo más difícil en poesía es determinar cómo encontrar la palabra adecuada para que un poema resuene, y así llegue al alma de los lectores. La subjetividad del poeta, trasladada al papel, necesita el eco de un interlocutor que logre penetrar el alma de aquel quien escribe.
La curadora Rocío Quiroa explicó, en base a muestras pictóricas, cuáles son los elementos a observar en la obra de arte, y de qué forma se debe conceptualizar la obra de un artista desde el punto de vista visual. Pidió a cada participante que eligieran un cuadro que resonará con ellas, y escribieran una descripción del mismo. A continuación, cada una de las asistentes escribió un ensayo libre sobre la obra elegida.
Angélica Quiñonez explicó de qué forma es posible crear una estructura narrativa que tenga sentido. Cómo decidir cuándo empieza y termina un capítulo, y la importancia de que los personajes correspondan a la realidad sin lesionar el mundo imaginativo del cuentista. Señaló que la narrativa es fluida, y que el mismo arte de escribir te da la pauta para saber dónde colocar cada elemento narrativo.
La Pepita fue fundada con el fin de promover, apoyar, y patrocinar la escritura de mujeres. Creemos que Guatemala necesita más mujeres escritoras, y mayor apoyo de las instituciones culturales para la literatura femenina. Los talleres que organizó La Pepita son buen ejemplo de lo anterior y, no solamente alimentaron el alma de las participantes, sino que alimentaron sus cuerpos con tacos, chuchitos, pan de banano y magdalenas, por aquello de que cuerpo contento, alma productiva.
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